En el último trimestre del año pasado, la actividad económica –medida a partir de la evolución del producto bruto interno (PBI)- tuvo un crecimiento de 2% respecto a igual trimestre de 2022 y creció 0,4% en relación al trimestre inmediatamente anterior, una vez descontados los efectos estacionales. Con esto, en el promedio de 2023 la economía tuvo un muy pobre desempeño y el PBI aumentó tan solo 0,4% en comparación con el año anterior.
Para este año en que los efectos negativos –como la sequía y la diferencia de precios con Argentina- parecen haberse disipado, el crecimiento proyectado es de 3,5%, en buena medida por efecto rebote del bajo crecimiento del año previo. De cumplirse estas proyecciones, en el quinquenio 2020-2024 la economía se expandiría algo más de 6%, lo que da cuenta de una tasa de crecimiento anual bastante por debajo de la media histórica y de las estimaciones de crecimiento del producto potencial (de 2,8%).