Más allá del seguimiento general del fenómeno del empleo y desempleo, en este contexto, interesa particularmente analizar el alcance del desempleo y en particular, su incidencia específica y composición en función de algunas características de las personas y variables básicas de interés. En primer lugar, cabe preguntarse, ¿cómo impacta la ausencia de empleo si consideramos a las personas desagregadas en función de algunas variables básicas de interés?; al mismo tiempo, ¿qué nos dice del mercado de trabajo, el hecho de que haya una cantidad relevante de personas que estando en edad de trabajar y teniendo voluntad y disponibilidad de hacerlo, no logran insertarse en él?; y fundamentalmente, ¿qué alertas pueden emerger del proceso de recuperación del empleo, una vez superadas las restricciones sanitarias y retomado el crecimiento económico?
El trabajo es mucho más que el medio por el cual la mayoría de las personas obtiene un ingreso para vivir. El trabajo es un factor de inserción social y el lugar de trabajo es donde las personas pasan buena parte de su jornada diaria. Las dificultades de acceso al mercado de trabajo y las fuertes desigualdades que se verifican en dicho acceso, tienen implicancias relevantes en la vida de las personas, que sin duda repercuten de manera importante en las condiciones materiales y la calidad de vida a la que pueden acceder los individuos, pero que van más allá de esto.
En nuestro país el acceso al empleo es claramente diferencial según el sexo, la edad y la ascendencia étnico-racial de las personas. También el lugar de residencia o el territorio están vinculados con las posibilidades de ingreso al mercado de trabajo, como muestran los datos relativos al desempleo específico de distintos colectivos de la población. Adicionalmente, cabe destacar que estas desigualdades son de larga data en nuestro país y no necesariamente, en todos los casos, se han acortado o mitigado en los períodos de bonanza económica y mejor desempeño promedio del mercado de trabajo. Sin duda la crisis económica a la que dio lugar la pandemia del covid-19 acentuó estas y otras desigualdades.
Poder caracterizar a las personas que estando en edad de trabajar, deseando y estando disponibles para trabajar, no consiguen un trabajo remunerado a pesar de haberlo buscado activamente, es fundamental para el diseño de las políticas públicas y en particular en el desarrollo de políticas activas de empleo.